Tarrant diseñó un programa para Hill que usa en casa que consta de una laptop y unos electrodos. Ella tiene que mantener un aeroplano animado en la pantalla por arriba de un umbral específico. Cuando lo logra, es porque calma la actividad del lóbulo frontal cerebral, el cual incluye el CCA.
Funcionó. Con el tiempo, Hill pudo detener los ataques de pánico y volver a dormir.
Inspirada por esa experiencia, finalmente dejó el periodismo y empezó a trabajar con una organización de veteranos que usaba la realidad virtual (VR) y la AR para transportar a quienes no podían ir físicamente a Washington, D.C. a visitar los memoriales de guerra de la ciudad. Durante esas experiencias, Hill comenzó a notar un cambio físico en los veteranos.
“Se ve en sus cuerpos”, comenta Hill. “[Los veteranos] se relajan, sus cuerpos se reblandecen, su respiración parece más lenta. Como yo no soy científica, le dije a Jeff: ‘¿Puedes estudiar qué provocan esas experiencias en la fisiología de los veteranos?’”
Juntos, comenzaron a explorar los efectos que la VR y la AR tienen en el estado de ánimo y en el estrés. Juntaron ese conocimiento con el programa de neurofeedback que Tarrant había diseñado para aliviar la ansiedad de Hill años atrás. El resultado: Healium AR.
“Ese mismo concepto de emplear el neurofeedback es lo que usamos en Healium, combinando los principios de Tarrant, que se basan en el cerebro, con nuestras historias y el diseño de juegos”, afirma Hill. “Pero nosotros quitamos todas las barreras para tener acceso y lo hicimos fácil de entender, sólo con un Apple Watch y la frecuencia cardiaca”.
A principios de este año, Hill fue a un Campo de Emprendedores de Apple, el cual está diseñado para ayudar a las empresas basadas en apps que hayan sido fundadas y estén dirigidas por mujeres. Mientras estuvo ahí, el equipo rediseñó Healium AR y trabajó en la app para que pudiera llegar a más usuarios de una manera más eficiente. La app actualizada se volvió a lanzar hace poco en el App Store.