Samantha John, cofundadora de Hopscotch, el primer lenguaje de programación diseñado para el iPad, ve en el nuevo programa del App Store una oportunidad para que los niños puedan hacer más con Hopscotch de forma gratuita. “Nos permite afrontar algunos riesgos que queríamos afrontar, pero que nos daban miedo”, explica John. “Y en particular con respecto a nuestra suscripción, que sin lugar a dudas es una buena estrategia para generar dinero, pero que también limita la audiencia de la app. Además, hace tiempo que queríamos redefinir el tema de los pagos y permitir que los usuarios puedan hacer más sin tener que pagar, con la esperanza de que en el futuro tengamos suscriptores mucho más leales a Hopscotch”.
Hopscotch comenzó como una forma de acercar el mundo de la programación a niños que, de otro modo, quizás nunca lo hubieran descubierto. Es el fruto de John y de la cofundadora Jocelyn Leavitt, quien asistió a la clase inaugural de mujeres emprendedoras del Apple Entrepreneur Camp de 2019.
“Un principio fundamental de Hopscotch es que queremos respetar a los niños como realizadores, creadores y artistas”, explica John. “Así es como realmente los vemos, además de como programadores. Esto es fundamental para entender el espíritu de Hopscotch: ¿cómo podemos asegurarnos de que los niños hagan un trabajo que sea relevante y significativo para ellos?”.