Cuando el fundador de
ShapeShifter Lab y consumado músico de jazz Matt Garrison soñó por primera vez con una experiencia musical digital colaborativa totalmente nueva, se acercó a sus amigos y colegas músicos que sabían programar. Como estaban enfocados en sus propios proyectos, no tenían mucho tiempo, pero Garrison insistió. Sabía que era fundamental para él comprender las bases de la programación para impulsar el desarrollo de su app.
“Les pedí que me enseñaran a programar, y yo haría el resto”, cuenta Garrison. “Sólo necesitaba saber cómo se hacía. Creo que si eres un artista contemporáneo y te encuentras frente a un desafío tecnológico, tienes que superarlo y continuar”.
Garrison y su equipo, quienes en un comienzo habían trabajado en Objective-C y luego en Swift, han estado colaborando en una app llamada TuneBend, desarrollada para que los músicos toquen juntos, graben y con el tiempo vendan su música en un ecosistema de emprendedores musicales. TuneBend combina las pasiones de Garrison por la música, la tecnología y el emprendedurismo. Además, Garrison tiene su propio negocio, ShapeShifter Lab, un espacio para conciertos y presentaciones artísticas en Brooklyn, Nueva York.
“Siempre me han fascinado las computadoras y la tecnología”, expresa Garrison. “Ahora entiendo cómo meterme en ellas para desarrollar e incorporar una textura digital en las formas de presentar música. Creo que somos uno de los pocos espacios para conciertos que crea códigos in situ”.