“If Beale Street Could Talk” es la primera adaptación de ficción en idioma inglés de Baldwin, una presentación que conlleva su propio conjunto de retos únicos.
“La literatura es un medio muy profundo, todo consiste en la voz interior,” dice Jenkins. “Y el cine se basa en una representación externa de cierta manera. Es decir, sonidos e imágenes. No se te permite necesariamente estar dentro del personaje, y James Baldwin, la fuerza de su escritura, se centra completamente en la voz interior. Por lo tanto, mi trabajo en la realización de esta película, desde el punto de vista del arte, de la estética, fue tratar de interpretar la interioridad con sonidos e imágenes, y hacerlo con las palabras de James Baldwin.”
Filmada con una Arri Alexa 65, “Beale Street” le ofrece al público una mirada cercana e íntima a la vida de las personas de raza negra. Jenkins está agradecido por la capacidad de capturar las intimidades de una familia de raza negra y el amor, imaginado por su icono literario, en un gran formato.
“La historia [de la cinematografía] está ligada en su totalidad a la emulsión de 35 mm”, Jenkins explica. “Estas cámaras ahora son chips de computadora programables, de tal manera que tú puedes escribir los algoritmos que les dictan la forma en que deben comportarse, la forma en que deben percibir la luz. En el pasado, estabas limitado de alguna manera por la forma en que se creaban ciertos stocks de película, así como por su rango dinámico. Ahora, cuando nos proponemos hacer una película, podemos programar la computadora… desde un principio. Así, de inmediato, preparamos estas cámaras para darle prioridad a los colores más oscuros, con esto quiero decir tonos de piel más oscuros. Es muy liberador”.